martes, 16 de septiembre de 2008

LA NOCHE BLANCA

Este poema es un regalo para unos amigos que el sábado nos invitaron a su casa y nos ofrecieron su hospitalidad, cariño y la mejor nocha blanca que hubiésemos imaginado. No cito sus nombres, ellos lo saben.

Un río de cuerpos frena nuestros pasos,
Madrid parece una ciudad
de un millón de imbéciles
deambulando en busca de "El Dorado".

La noche es blanca,
lo dice una luna llena
ahorcada de una alcayata del cielo.

Hace frío, pero no el suficiente
para congelar hipotecas
y préstamos personales.

La claustrofobia desaparece
en el pasillo de vuestra casa.
Personas, seres definidos
que irradian empatía
y un perro que hubiera envidiado Akenatón.

Horas antes no sabía qué ponerme,
horas después me sentía en casa.

Arte, música, literatura
barnizando las paredes.
En el aire, mezcladas con el humo,
virutas de cultura se enhebran en mi pelo
y en los poros de la piel con sigiloso descaro.

La noche es blanca
porque los anfitriones son blancos, transparentes.

Una escalera de caracol une dos estancias,
es el cordón umbilical entre
lo cotidiano y sus secretos.

Hace frío en la calle
pero no el suficiente
para congelar el presente.

Un anillo romano nada
en la arena de Ostia
mientras los sueños de
Durero y Márquez nos vigilan.

La madrugada nos hace rehenes
y en la palabra nos hospeda con historia
y música de fondo.

La noche es blanca
y me voy con la soga en la mano.
Parece una metáfora,
yo quiero pensar que es un lazo
para mucho tiempo.

5 comentarios:

samsa777 dijo...

Muy, muy bienvenido. Por el paseo que me he dado por aquí, va a merecer la pena... ¡Haz un esfuercillo por los colegas! jajajajaja

Un abrazo, nos vemos pronto,

Francisco

grande dijo...

gRanDe!!!

Óscar Santos Payán dijo...

Gracias amigo pero tengo que decir que tú si que vales la pena de verdad. Y además sé a ciencia cierta que en tu vocabulario no existe el berbo "Vaguear". Un abrazo.

Óscar Santos Payán dijo...

Se me ha ido en mi torpe tecleo la v primera de esa magnífica palabra: Verbo. pido disculpas

cuadernogaviero dijo...

querido óscar... ahora sí, con este gesto has entrado, de verdad, en el infierno