domingo, 5 de octubre de 2008

Es como una partida de ajedrez, con permiso del Gaviero. La iglesia y yo. Otros también la juegan. Sin ir más lejos, ayer mismo, Manuel Rivas, en su columna de El País. En realidad es una partida contra las religiones obtusas, qué religión no lo es. Unas más que otras pero la que a mí me toca más de cerca es la iglesia Católica. Lo he puesto en mayúsculas para que no me excomulguen el blog. Que por otro lado tampoco pasa nada porque si lo pides no te dejan. Es tenebroso ¿verdad?. Hoy muevo peón: Poema.


ARMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA


Hay obispos y cardenales
que parecen cardenales y obispos.
Dos mil años afiliando al miedo
y custodiando un plan divino
les ha llevado a la esquizofrenia.

Si dios existiera...

Stop,
hay vida inteligente,
vean la democracia,
la religión es fe
y la fe es privada.

¡Oh padre todopoderoso!
Clamo desde el infierno.

Si no condenan la pena de muerte
ahórquense con sus sermones.
“Ser homosexual es una anormalidad psicológica...”
¡Inculto, ruin, cretino, necio!
Anormalidad es la paidofilia en Boston
y en cualquier rincón del mundo,
es el abrazo a las dictaduras
y la prohibición del preservativo:
un arma de destrucción masiva.

Si dios existiera...

¿Duele y escuece la verdad?
Confesión y penitencia
y para los cardenales y heridas
sal, mucha sal.

Poema publicado en la revista Salamandria. Monográfico sobre la sal o el azúcar.

2 comentarios:

el lector dijo...

sabes que dios no existe, ¿verdad?.
existir existe: las mujeres, el sol, las tapas, las copas, los amigos... y esperemos que siga existiendo la pensión cuando nos llegue la hora...

jajaja

la partida la tenemos perdida, aunque dios no exista. es la paradoja de San Ambrosio -creo-, en fin.

De todas maneras, la jugaremos.

grande dijo...

¡!

Amén.

GranD3!