Caía la noche paseando hojas y calles,
ciudad de nadie o de caminos.
Durante la tarde espié tu respiración
e imaginé que mis manos, en un rincón del frío,
las tuyas atrapaban.
Pero los sueños son de la noche
y esperé el reparto impaciente,
como un niño o un hombre
esperan un regalo.
Se produjo, y nos escondimos
de nosotros mismos en un metro de moqueta,
y hablamos, y deseé que me desearas,
y sentí que el tiempo volaba sin besarte.
Sobró ella.
viernes, 24 de octubre de 2008
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4 comentarios:
¡Vaya! Me desconecto una millonésima de segundo de los blogs y ¡plaf! Me citas (y me ruborizas), pones La mentirosa, haces una entrevista interesantísima (a ver si me pongo al día en la página de RKtwenty) y cuelgas este poema... ¡El tiempo es relativo y, en este caso, demasiado elástico!
Sólo resta decir: GRACIAS
¡Abrazos!
a mi me sobra el cafe Maceta
http://www.flickr.com/photos/digitalpiaf/
ella nunca sooobra,
ellas nunca soobran,
declínalo cien veces, con tono paciente
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