SON BUENAS NOTICIAS

A lo largo de estos meses, desde marzo hasta aquí, quitando agosto y septiembre, vengo entrevistando a poetas, narradores, cantantes, actores... Y una de mis preguntas ha sido si la cultura gozaba de buena salud en este país que habitamos por casualidad. La respuesta ha sido positiva en la mayoría de los casos. Pero lo más emocionante ha sido la respuesta de las mujeres y hombres de letras a la pregunta de si la poesía gozaba de buena salud. La respuesta ha sido unánime, sí, la poesía goza de una excelente salud. Hoy podemos hablar de un momento casi mágico en nuestra literatura, al convivir, en el mismo espacio y con distintos estilos, un grupo heterogéneo de poetas independientemente de la edad y otros accidentes. La apuesta por la poesía de pequeñas editoriales, la inmensa cantidad de actos, presentaciones, lecturas, talleres, Internet, dan fe de que la poesía transita un momento dulce. Incluso podemos hablar de la preocupación por la calidad en la edición y los textos. Si uno se aventura más allá de nuestras fronteras se da cuenta de que son buenas noticias. No es una exageración si digo que estamos muy por encima de nuestros vecinos y de otros países con una vasta historia cultural, sin contar con Latinoamérica que sigue dando excelentes poetas.

Este verano pasado, visitando Roma, un librero cuarentón del barrio de Trastevere me confesaba que tenía envidia sana de la cantidad de libros de poesía que se publicaban en España. Es cierto que son muchos y que la cantidad no es sinónimo de buena salud, pero también es verdad que no es fácil conseguir que un país dé calidad y cantidad en poetas de varias generaciones y de distintos estilos y que además tengan el espacio suficiente para crecer y reproducirse. Así, sólo puede ganar la poesía y eso es una buena noticia.