Un velo denso sobrevuela Madrid. No puedo respirar. En la parada del autobús te miro y sueño en silencio que en nuestra habitación, esta noche, sea invierno.
He dado muchas vueltas alrededor del sol y en ese tiempo he hecho un poco de todo. La suerte me ha acompañado en algunos tramos de la elipsis y en otros se presentaron eclipses que han engordado el olvido. Planté un árbol de niño y ya adulto tuve una hija que es el motor de este viaje interestelar, después publiqué un libro de poemas y una novela. Si me queda algo por hacer ya vendrá, y si no, me fundiré el tiempo jugando con Paola,con los que quiero, leyendo, viendo pelis y escribiendo versos que pernocten en los cajones de mi casa.
5 comentarios:
Espero que fuera un cálido invierno de lujurias y azoteas.
Un abrazo.
Cuánto talento tienes, qué deliciosa forma de contar que tienes calor...
Un abrazo primo
Precioso, así da gusto tener calor.
Inviernos de almohadones y colchas, de mantas y cojines... De sábanas limpias y cuerpos desnudos.
Oscar qué salido que estás, carajo.
Un abrazo fuerte.
Pepe
calores a parte...
¡acabo de vender tu libro!
abrazo,
d-.
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